Los homosexuales son víctimas invisibles de la violencia sectaria en Irak. Tras la caída del régimen de Sadam Hussein el número y visibilidad de este colectivo ha ido creciendo y se ha encontrado de frente con el conservadurismo de la sociedad y el odio de los clérigos, tanto chítias como sunitas, que han emitido numerosas fatwas o edictos pidiendo su ejecución.
Un activista iraquí por los derechos humanos, Yenar Mohamed, ha denunciado en Arabiya.net una nueva y cruel forma de tortura para los gays en aquel país. Según relata, los milicianos los cogen y les sellan el ano con un pegamento tan potente que sólo puede ser retirado mediante cirugía.
El tormento no acaba ahí. Los milicianos les hacen beber un laxante para provocarles una diarrea. Al tener el ano obstruido la diarrea les provoca la muerte. Una tortura que muchas veces es grabada y enviada por todo el país vía móvil. El colectivo iraquí de gays, lesbianas y transexuales también ha denunciado que en varios hospitales se ha negado asistencia sanitaria a los supervivientes de esta brutal práctica.
Un grupo en favor de la protección de la comunidad lésbica-gay en Irak pide al gobierno que proteja e investigue los asesinatos a los que son objetos, pero hasta ahora nada se ha obtenido.